Un Modelo Holístico
de Competencia Docente para el Mundo Digital:
1. Generador y gestor de
prácticas pedagógicas emergentes:
Las TIC han creado
nuevos entornos emergentes de comunicación que implican cambios en elementos
clave del currículo.
Así, la parte de la
Competencia Digital Docente que se refiere a la metodología puede implicar muy
diversos niveles, en un continuo que iría desde la capacidad del profesorado de
utilizar las TIC para enriquecer modelos metodológicos clásicos, y por la
habilidad para aprovechar del potencial de las TIC en la experiencia de aula.
Estas iniciativas se
basan en diferentes corrientes pedagógicas previas, se nutren de planteamientos
nuevos y constituyen lo que se denomina pedagogías emergentes.
Un docente con un alto nivel de competencia metodológica en el mundo digital no solo es capaz de usar las TIC para enriquecer sus estrategias didácticas, sino también de proponer y desarrollar prácticas innovadoras.
2.
Experto en contenidos pedagógicos digitales:
Un buen profesor es
alguien que domina los contenidos propios de su campo disciplinar y esto
es lo que se ha asumido de forma tradicional.
Este debe poseer una
mezcla del conocimiento pedagógico, con su especialización disciplinar.
Que significa saber definir cuáles son las particularidades pedagógicas en
general y didácticas en particular que afectan a ese conocimiento disciplinar.
Mishra y Koehler
(2006) han descrito (a) la relación entre entre el conocimiento de
los contenidos objeto
de enseñanza y la tecnología (el Technological Content Knowledge) y el modelo
TPACK.
Donde podemos
destacar la capacidad para ver cómo, a través de la generación de planos con
herramientas online, es posible articular estrategias didácticas o cómo el
trabajo con una herramienta para crear videoblogs puede ayudar a desarrollar
las competencias de comunicación oral del estudiantado.
3.
Práctico reflexivo aumentado:
Al maestro se le
concibe como un profesional reflexivo o investigador capaz de reflexionar en la
acción y, posteriormente, reflexionar sobre la acción.
Por eso, la
investigación-acción ha constituido la forma de investigación educativa desde
la práctica reflexiva por excelencia. En ella el profesor no busca la
abstracción teórica, sino el desarrollo de un conocimiento práctico basado
en las propias experiencias docentes.
Ademas, en los
últimos tiempos la investigación basada en el diseño (Design-Based
Research, DBR), o en el diseño educativo (Educational Design Research,
EDR), ha cobrado relevancia dando un paso más en la búsqueda de una visión
pragmática de la investigación educativa desde la práctica docente.
Así, un docente
capaz de entender la I-A o el EDR en el mundo digital es un docente que sabe
sacar provecho de las redes digitales y sus posibilidades de interconexión
para enriquecer esa investigación y así mejorar los procesos que deberían
subyacer a su práctica.
4.
Experto en entornos enriquecidos de aprendizaje
personal y organizativos:
Los docentes poseen
una gran capacidad de aprender de otros docentes como de fuentes
científicas. De este modo se desarrolla positivamente la capacidad de estos de aprender
y difundir el conocimiento que poseen.
Las TIC han
modificado mucho la manera en la que se produce y difunde el conocimiento, por
ello aprender a utilizarlas y llevar a cabo estos procesos con nuevas
metodologías conlleva un trabajo extra, el cual los docentes deben saber
realizar.
El PLE del profesor,
afirma que ‘’no solo es necesario conocer los recursos, las fuentes de
información, conexiones… sino el modo en el que los docentes saben utilizarlas,
las actitudes que desempeñan a la hora de aprender.’’
Por último, debemos destacar la diferencia que encontramos entre lo que usamos de manera individual, lo que tiene un valor de manera genérica, una población entera, y aquello que ayuda a convertir su centro en una organización inteligente. En este caso estaríamos hablando de una organización que utiliza tanto los procesos de aprendizaje a nivel individual, grupal y de para transformar la organización, estando continuamente aprendiendo en su Entorno Organizativo de Aprendizaje.
5.
Sensible al uso de la tecnología desde la perspectiva
del compromiso social:
Seguramente esta ha
sido una de las dos facetas más obviadas en el discurso sobre la competencia
digital docente. La causa es la visión, hegemónica en los últimos tiempos, de
un profesionalismo docente tecnocrático y no como una forma de compromiso
social.
Si entendemos al
docente como el profesional de la educación que cualifica, socializa y
subjetiva a la persona (Biesta, 2010), tenemos que pensar en un docente
sensible a los imperativos sociales y éticos de su tiempo.
La subjetivación
consiste en educar sujetos críticos, capaces incluso de superar intelectual y
funcionalmente los propios límites de su socialización (Escudero, 2005).
Esta perspectiva
refuerza planteamientos anteriores, como el discurso social interpretativo
crítico y de desarrollo comunitario, las escuelas de futuro de Facer o las
competencias éticas y sociales enunciadas, hasta cierto punto, por Perrenoud.
Materializar esta
dimensión supone adoptar dos perspectivas, por un lado, la del docente que es
capaz de entender el papel de la tecnología como herramienta de compromiso
social, es decir, los docentes comprenden las tecnologías digitales como
herramientas de la dimensión creadora de cultura de la competencia mediática;
y, por otro lado el docente competente digital debería ser capaz de entender
las tecnologías, y las culturas que subyacen a ellas, como creadoras de
subjetividades y estrategias de legitimación de discursos y poderes.
6.
Capaz de usar la tecnología para expandir su relación
con la familia y el entorno del estudiante:
Hablamos del
profesorado en su faceta más cercana al alumno como ser social.
Un agente
comprometido con el estudiante, que ayuda a coordinar los esfuerzos de los
entornos determinantes del educando, para mejorar las condiciones del
estudiante, para ofrecerle «experiencias positivas de relación humana y
social».
En los últimos años,
docentes y alumnos han dejado de vivir físicamente en el propio barrio del
centro, y con ello, el tiempo de permanencia en las escuelas y las formas de
interacción con el grupo social del centro escolar han disminuido. A pesar de
los cambios, familia, escuela y comunidad deberían coordinarse y complementarse
en pro de la educación de los estudiantes.
Las herramientas TIC
han aumentado y diversificado las posibilidades de comunicación entre docentes,
familias y comunidad. Son cada vez más las escuelas y los docentes que utilizan
estos medios digitales para comunicarse con las familias y el entorno de los
estudiantes.
En este sentido,
escuelas y docentes están contribuyendo en muchos casos no solo a mejorar la
comunicación y la colaboración con las familias, sino a reducir la brecha
digital que todavía existe, especialmente en las zonas más desfavorecidas.
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